FELIPE
VALLESE / DETENIDO DESAPARECIDO EN LA CAPITAL FEDERAL EL 23
DE AGOSTO DE 1962
FELIPE
VALLESE ERA OBRERO METALÚRGICO, DESAPARECIDO EL 23 DE
AGOSTO DE 1962.
Se cumplirán 53 años de su desaparición….
UNA
HISTORIA DE VIDA
Por
Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo
Digital
20
de agosto del 2015 *
Es
una historia de vida, la de FELIPE VALLESE. Era obrero metalúrgico,
su identidad política partidaria: peronista. Corrían
los tiempos de la proscripción y del decreto dictatorial
4161, todo lo peronista era pasible de cárcel y persecución...
Felipe
Vallese fue desaparecido, se dice que fue el primer desaparecido...
Si
bien la historia de Felipe está llena de injusticias,
es la historia de un pueblo que tiene sus alforjas llenas de
injusticias reiteradas...
Felipe
Vallese había nacido en el barrio de Flores, la entonces
Capital Federal, el 14 de abril de 1940, cuando lo desaparecieron
tenía tan solo 22 años. Su infancia fue dolorosa,
su historia es aún más cruel.
A
casi 53 años de aquel día de su detención
y posterior desaparición de un sujeto político,
un trabajador, un hombre comprometido con sus ideales es desaparecido
hasta la fecha.
En este sentido entregamos esta biografía sobre Felipe
Vallese, parte todo esto de una larga resistencia de un pueblo
que no se avino a renunciar jamás por lograr y tener
sus derechos.
QUIEN
ERA FELIPE VALLESE
Felipe
Vallese, tenía 22 años y trabajaba como obrero
metalúrgico.
Felipe
nació el 14 de abril de 1940 en el barrio de Flores.
El
joven vivió una infancia dolorosa.
En
1957, Felipe asiste a una escuela secundaria nocturna y se gana
la vida como operador de máquinas en TEA (Transfilación
y Esmaltación de Alambres) Al año siguiente, lo
eligen delegado sindical. Tenía 18 años. En febrero
de 1958 participa de las movilizaciones estudiantiles en favor
de la enseñanza laica y termina expulsado del colegio.
En
1958 sufre cárcel, va preso a la cárcel de Caseros,
por organizar un paro. Vuelve a ser arrestado en enero 1959,
por respaldar la huelga del frigorífico Lisandro de la
Torre, en el barrio de Mataderos. Lo envían a un buque
cárcel de la marina junto con dirigentes más veteranos,
como Sebastián Borro y Armando Cabo.
En
abril de 1959, representantes de diversas agrupaciones juveniles
peronistas realizan una asamblea general en el Sindicato de
Empleados de Farmacia, cedido por Jorge Di Pascuale, el joven
conductor del gremio, de tan solo 27 años.
Del encuentro surge la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista,
integrada por Gustavo Rearte, Héctor Spina, Tito Bevilacqua,
Tuli Ferrari y Felipe Vallese.
El
gobierno de Arturo Frondizi aplica con intensidad el Plan de
Conmoción Interna del Estado (Conintes). Más de
3.500 personas son detenidas; en su mayoría peronistas.
Miles de estos contribuyeron, con sus votos, al triunfo del
presidente Arturo Frondizi, que ahora los persigue y encarcela.
Luego del pacto Perón – Frondizi. Aunque, 836.000
votos fueron en blanco, por la actitud militante y disidente
de la Resistencia Peronista.
EL
PEDIDO POR FELIPE VALLESE
Un
solo abogado presenta dos mil quinientos habeas corpus: su nombre
es Fernando Torres y estaba vinculado desde 1954 a la Unión
Obrera Metalúrgica. Entre los jóvenes militantes
apresados y condenados a prisión, se encentraban: Dardo
Cabo, Carlos Alberto Burgos, Gustavo Rearte, Tuli Ferrari, Héctor
Spina, Jorge Rulli, Envar el Kadri y Felipe Vallese. Casi todos
ellos, con el paso de los años, se convertirán
en figuras de la Juventud Peronista, asociados a su etapa más
combativa.
El
27 de marzo de 1962, los militares destituyen a Arturo Frondizi
y lo mandan preso a la isla de Martín García.
Dos días después colocan en la Casa Rosada al
presidente del Senado, José María Guido, un legislador
por Río Negro.
"El
23 de agosto de 1962, siendo aproximadamente las 23:00, Felipe
sale de su casa. En Morelos y Canalejas (hoy Felipe Vallese)
se despide de su hermano mayor, Ítalo. Se dirige por
Canalejas hacia la calle Caracas. Al llegar a la altura de Canalejas
al 1776, es interceptado por varios hombres. Se aferra a un
árbol, tratando de aferrarse a la vida, lo golpean. Logran
reducirlo y lo introducen en una estanciera.
Simultáneamente,
en Plaza Irlanda, a pocas cuadras, otro grupo levanta a su hermano.
Son trasladados a la comisaría primera de San Martín
(provincia de Buenos Aires) y en días posteriores van
siendo detenidos otros compañeros, compañeras
y amigos de Felipe. En esta seccional son torturados y vejados.
El 3 de septiembre recién se los "blanquea",
bajo los cargos que Felipe poseía panfletos, libros y
propaganda peronista. El caso toma estado público por
la desaparición de estas personas. Dos jueces toman el
caso, declaran falsas las acusaciones y después de tres
meses de estar detenidos, torturados y humillados, son dejados
en libertad. Pero Felipe Vallese no está entre ellos.
Las informaciones que han podido anudarse permiten señalar
que fue trasladado a un destacamento de José Ingenieros
y luego a la comisaría de Villa Lynch. Es allí
donde se pierde su existencia y se lo considera desaparecido.
Se supone que murió en una de las sesiones de tortura".
"Felipe
está allí, en la primera de San Martín,
en la que ha sido introducido por los fondos. Se quejan de que
"lo han reventado". Mercedes Cerviño, otra
detenida le grita que siga hablando. Pero poco después,
ante el silencio, comprende que Felipe se ha desmayado. Al rato,
la policía se lo lleva del calabozo, al que ya no vuelve".
En
aquellos días y muchos años posteriores se dijo
siempre lo mismo: El primer detenido desaparecido de nuestra
historia contemporánea, siempre te recordaremos y gritaremos
compañero Felipe Vallese ¡Presente! Sigue siendo
la consigna y una forma de evitar que el olvido derrote a la
memoria.
A
la "Fuerza Brutal de la Anti Patria", le opondremos
la "Fuerza Popular Organizada".
JUAN DOMINGO PERÓN
FUENTE:
aguantelamanga, Federación de Entidades de Fomento y
Organizaciones Libres del Pueblo de Quilmes y fuentes propias.
*
Primera versión el 23 de agosto del 2007. Corregida y
actualizada el 15 de agosto del 2015.
Caracteres:
10.646
NOTA
PERIODÍSTICA DE EL DIARIO EL MUNDO DE ESPAÑA |
Luego
del silencio inmediato, la versión sobre la desaparición
de Vallese trasciende.
El diario "El Mundo" publica el 25 de agosto,
el siguiente artículo titulado "Como en
Chicago":
"Rarísimo
el suceso en Flores Norte, que la policía dice
ignorar. Frente al 1776 de Canalejas, a las 23.30 horas
del jueves, un hombre fue secuestrado. Desde hacía
varios días había autos "sospechosos"
en las inmediaciones. Una estanciera gris frente a aquel
número, un Chevrolet verde en Canalejas y Donato
Álvarez y un Fiat 1100 claro en Trelles y Canalejas.
Dentro de ellos, varios hombres y otros en las inmediaciones
de los coches. A la hora citada, el automóvil
de Donato Álvarez hizo guiños con los
focos señalando el avance del hombre. Le respondieron
y todos convergieron sobre él. Se le echaron
encima y lo golpearon. Y pese a que se aferró
con manos y uñas al árbol que están
frente al número señalado, lo llevaron
a la estanciera gris que partió velozmente, con
las puertas abiertas. Los gritos de desesperación,
que habían comenzado con la agresión poblaban
la noche y atrajeron a todos los vecinos que, alarmados,
dieron otro tono a la cuadra. Todos corrieron. Algunos
quisieron acercarse, un hombre armado, pistola 45 en
mano, los detuvo. "Esto no es para ustedes, piénsenla
si no quieren ligarla". Y se tuvieron que ir, viendo,
inermes, cómo en plena ciudad se raptaba un hombre."
Junto
a Vallese, fueron secuestrados su hermano mayor Italo,
Francisco R. Sánchez, Osvaldo Abdala, Elba R.
De La Peña, Rosa Salas, Mercedes Cerviño
de Adaro, Felipe Vallese (h) de 3 años de edad
y dos niñas de 8 y 10 años, hijas de una
de las detenidas. Todos fueron sometidos a las consabidas
torturas mientras repiqueteaba la pregunta "¿dónde
está Rearte?". Como la emblemática
pregunta "¿dónde está Tanco?"
de la Operación Masacre de 1956, a Vallese lo
interrogaban por el militante de la Juventud Peronista
Alberto Rearte. Su hermano Italo lo vio destrozado.
En la golpiza, Vallese debe haber muerto y su cuerpo
ocultado. Felipe Vallese nunca apareció, ni vivo
ni muerto.
Las denuncias fueron masivas y desde el sindicalismo
corrieron especialmente por cuenta de los dirigentes
metalúrgicos Augusto T. Vandor y Rosendo García
con el asesoramiento letrado del Dr. Fernando Torres.
Diez
días después la evidencia y los testimonios
de los detenidos luego blanqueados fueron aplastantes.
La patota de la Unidad Regional de San Martín
había estado comandada por el Oficial Principal
Juan Fiorillo.
El
intento oficial de desmentir los sucesos se expresan
en un comunicado formal del Jefe de Policía bonaerense
que, releído luego de 40 años, suena como
un lugar común: "Detenidos el 23 de agosto
de 1962 en la localidad de José Ingenieros, partido
de Tres de Febrero, por una comisión del servicio
de calle de la Unidad Regional de San Martín,
cumpliendo directivas de la superioridad para la prevención
y represión de actividades subversivas y disolventes,
al mando de Juan Fiorillo…"
|
Así,
la policía no incluía a Felipe Vallese entre los
detenidos y quitaba la Capital Federal como escenario del crimen.
Un impensado elogio a lo mejor de Vallese surge del mismo comunicado
de la policía: "…Los detenidos tenían
abundante propaganda peronista-comunista, panfletos cuyos títulos
decían "Contra los préstamos del F.M.I. que
atentan contra la soberanía del país" y "No
queremos préstamos que engorden a los enemigos del pueblo".
Firmado: JUVENTUD PERONISTA."
Suceden
las gestiones públicas y judiciales y no se esclarece
la suerte corrida por Vallese. Diez meses después, en
junio de 1963,"La Fraternidad" publica una solicitada
reclamando por la aparición de Vallese. El gran título
es premonitorio para la década siguiente: "¿PUEDE
DESAPARECER UNA PERSONA?".El final del texto, luego de
reclamar enfáticamente por la aparición de Vallese
dice "medite quien lea este alegato: mañana puede
tocarle "desaparecer".
El
caso de Felipe Vallese es paradigmático por los elementos
que lo componen: las consignas políticas que como militante
reivindicaba, su condición de víctima de desaparición
forzada e involuntaria, la impunidad de la bonaerense, la aterradora
precisión de quienes reclamaban por una desaparición
y la infinita lucha por mantener la memoria del desaparecido.
La
lucidez de Paco Urondo debe haber advertido todas las dramáticas
aristas y matices que hacen a esta historia. Por eso su novela
"Los pasos previos" incluye el caso Vallese Sin saberlo,
describió en él, a otros miles que como un eco,
se repitieron interminablemente.